La mayoría de las redes en España suministran calor, algunas también ACS y algunas suministran calor y frio, sobre todo en la zona mediterránea norte. Una red de calor, frio y ACS funciona mediante una central en la que se instalan las calderas produciendo energía térmica y ACS, equipos acumuladores de ACS, red de distribución a las subestaciones que suministraran la energía a varios bloques y viviendas el calor o el frio y el ACS; para conseguir frio se precisan además torres de refrigeración. 

El control y el mantenimiento de la red se realiza diariamente, se conoce en cada momento caudales, temperaturas, etc y si hay una incidencia se corrige. Los sensores de temperatura en el exterior de cada bloque indican la temperatura del aire y, cuando la temperatura baja de la temperatura fijada (de consigna) la calefacción de ese bloque o el aire frio se enciende. El suministro de ACS se realiza mediante unos depósitos acumuladores y un sistema de distribución a los bloques.

La eficiencia y los precios que deben pagar los usuarios de estas instalaciones son muy competitivos junto a otras ventajas de las redes de calor: La posibilidad de consumir diferentes tecnologías y combustibles posibilita aminorar el coste del calor. Tener una sala de calderas alejada de tu propio hogar, incluso del edificio, permite dividir los gastos de operación y mantenimiento entre todos los usuarios, se suprimen decenas, cientos e incluso miles de chimeneas individuales, se eliminan los riesgos de combustión, explosión, los ruidos y las vibraciones de tu vivienda, incluso se recupera el espacio útil que ocupaba la caldera en la vivienda o comunidad. También con la red una mayor eficiencia energética y confort porque una instalación común permite una mayor flexibilidad y adaptabilidad para disponer de mayor potencia si se necesitara y una permanente actualización tecnológica así como control profesional 24h de parámetros y sensores lo que aporta mayores garantías en el suministro energético, y en el rendimiento y vida útil de los equipos.

Si la vivienda está cercana a una red de calor y ACS se recomienda su utilización.

Según la Asociación de Empresas de Redes de Calor y Frío ADHAC el censo del año 2020 ha contabilizado 468 redes lo que supone 54 más que en año 2019, con una potencia total instalada a 1.610 MW. Las redes censadas suministran energía a más de 5.700 edificios tanto residenciales como dotacionales e industriales y tienen una extensión de más de 752Km. Tres de cada cuatro redes emplean energías renovables en su mix energético, principalmente biomasa.